Las Bendiciones de Dios Son Eternas: Un Camino de Fe y Esperanza

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.” - Efesios 1:3

Introducción

En la travesía de la vida, nos encontramos con desafíos y alegrías, pero a través de todo, las bendiciones de Dios permanecen como un faro de luz y esperanza. La Biblia nos enseña que estas bendiciones son eternas, emanando de un Dios que es fiel y amoroso. En este recorrido espiritual, exploraremos cómo las promesas divinas nos aseguran que las bendiciones de Dios son perdurables y nos guían en nuestro andar diario.

Bendiciones Eternas: Una Promesa Divina

La Palabra de Dios nos asegura que las bendiciones que provienen de Él son eternas. En Jeremías 29:11, encontramos estas palabras de consuelo: "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." Esto revela que Dios no solo tiene planes para nosotros, sino que esos planes están llenos de bendiciones que trascienden el tiempo presente.

La Promesa de la Presencia Divina: Bendición Eterna

En momentos de tribulación, la presencia de Dios es una bendición eterna que nos sostiene. Salmo 23:4 nos dice: "Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento." Aquí encontramos consuelo en la verdad de que Dios camina con nosotros a lo largo de nuestras luchas, brindándonos fortaleza y consuelo.

Bendiciones Eternas a Través de la Fe

La fe desempeña un papel crucial en la manifestación de las bendiciones eternas de Dios. Hebreos 11:6 declara: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan." La fe nos conecta con las bendiciones divinas, permitiéndonos experimentar la gracia y el favor que provienen de un Padre celestial que cuida de sus hijos.

Bendiciones Eternas a Través de la Obediencia

La obediencia a los mandamientos de Dios es un camino hacia las bendiciones eternas. Deuteronomio 28:1-2 proclama: "Acontecerá que si oyes atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones..." La obediencia es la llave que abre las puertas de las bendiciones divinas que perduran.

Bendiciones Eternas a Pesar de las Circunstancias

Aunque las circunstancias de la vida puedan cambiar, las bendiciones de Dios permanecen constantes. Romanos 8:28 nos asegura: "Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados." Aquí, se revela que incluso en medio de las adversidades, Dios trabaja para nuestro bien, manifestando sus bendiciones eternas.

La Promesa de la Vida Eterna: La Mayor Bendición

La mayor bendición que Dios nos ofrece es la vida eterna a través de su Hijo Jesucristo. Juan 3:16 proclama: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." Esta bendición sobrepasa todas las demás, asegurándonos una comunión eterna con nuestro Salvador.

Conclusión: Caminando en las Bendiciones Eternas de Dios

Las bendiciones de Dios son eternas y están arraigadas en su amor inmutable. A través de la fe, la obediencia y la presencia divina, podemos experimentar estas bendiciones que perduran más allá de las circunstancias temporales. Que podamos caminar diariamente en la seguridad de que las bendiciones de Dios son eternas, guiándonos y sosteniéndonos en cada paso de nuestro viaje espiritual.

Por: Gerson Vega

Dios en tus planes


Podrás tener muchos planes, pero Dios es quien tiene la última palabra

La Importancia de Incluir a Dios en Nuestros Planes: Un Fundamento Firme en la Fe

En el tejido mismo de nuestra existencia, reconocer a Dios en nuestros planes es esencial. La Escritura nos insta a confiar en el Señor en cada paso que damos: "Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos y Él hará derechas tus veredas" (Proverbios 3:5-6). Este versículo nos recuerda que al incluir a Dios en nuestros planes, encontramos dirección divina y seguridad.

Nuestros anhelos y sueños son santificados cuando los alineamos con la voluntad de Dios. En Jeremías 29:11, leemos: "Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza". Incluir a Dios en nuestros planes implica confiar en que Su propósito trasciende nuestras limitadas perspectivas, guiándonos hacia un futuro lleno de esperanza.

La humildad es un componente esencial al considerar a Dios en nuestros planes. Santiago 4:13-15 nos exhorta: "Vamos ahora, los que decimos: Hoy o mañana iremos a tal ciudad, y pasaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello". La importancia de incluir a Dios radica en recordar que nuestra vida está en Sus manos, y nuestra confianza está en Su soberanía.

La oración constante y la búsqueda de la guía divina son prácticas fundamentales. Filipenses 4:6-7 nos alienta: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús". Incluir a Dios en nuestros planes implica la humilde dependencia de Su dirección, buscando Su paz que va más allá de nuestra comprensión.

Finalmente, la importancia de tener muy en cuenta a Dios en nuestros planes reside en la confianza, la alineación con Su voluntad, la humildad y la constante comunión a través de la oración. Al hacerlo, construimos nuestros planes sobre un fundamento sólido, confiando en la guía divina que nos lleva a un futuro lleno de esperanza y propósito.

Un Viaje Profundo hacia la Confianza en Dios - Abacuc 3



El capítulo 3 del libro de Habacuc nos ofrece una visión poderosa de la fe en medio de la adversidad. Este relato inspirador presenta cinco lecciones valiosas que resplandecen como destellos de luz en medio de la oscuridad, guiándonos hacia una confianza más profunda en el Señor.

1. La Oración Transformadora

Habacuc comienza este capítulo con una oración conmovedora. En medio de las pruebas y la incertidumbre, nos enseña que la oración es un medio poderoso para encontrar consuelo y dirección. Aprendemos que, a pesar de las circunstancias, acudir a Dios en oración transforma nuestra perspectiva y nos acerca a Su sabiduría y paz.

"Oración del profeta Habacuc, sobre Sigionot." (Habacuc 3:1)

2. Recordando las Obras Pasadas de Dios

Habacuc recuerda las obras pasadas de Dios, reconociendo Su fidelidad a lo largo de la historia. Esta lección destaca la importancia de reflexionar sobre las experiencias pasadas de la intervención divina en nuestras vidas. Al recordar las fidelidades anteriores de Dios, encontramos fortaleza y confianza para enfrentar los desafíos presentes.

"Recordaré las obras de Jehová; Sí, haré memoria de tus maravillas antiguas." (Habacuc 3:2)

3. Confianza en Medio de la Adversidad

A pesar de las amenazas y tribulaciones, Habacuc elige confiar en el Señor. Este acto de confianza nos enseña que, incluso en medio de las peores circunstancias, la fe en Dios es nuestro ancla. La confianza no se basa en las condiciones externas, sino en la naturaleza constante y soberana de nuestro Creador.

"Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación." (Habacuc 3:17-18)

4. La Alegría en Dios es Nuestra Fortaleza

A pesar de las circunstancias desafiantes, Habacuc elige regocijarse en Dios. Esta lección resalta que nuestra alegría no depende de lo que está sucediendo a nuestro alrededor, sino de Quién está a cargo de nuestras vidas. La alegría en Dios se convierte en nuestra fortaleza en tiempos de prueba.

"Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar." (Habacuc 3:19)

5. La Importancia de Esperar Pacientemente

Habacuc concluye este capítulo con una expresión de paciencia y espera en Dios. Nos enseña que la verdadera fe implica esperar con paciencia el cumplimiento de las promesas divinas. Aunque el tiempo de respuesta de Dios no siempre coincida con nuestras expectativas, confiar en Su soberanía nos permite esperar con certeza y paciencia.

"Aunque tarde, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará." (Habacuc 2:3)

Habacuc 3 nos invita a abrazar la oración transformadora, recordar las obras pasadas de Dios, confiar en medio de la adversidad, hallar alegría en Él y aprender la importancia de esperar pacientemente en Su tiempo perfecto. Estas lecciones atemporales continúan guiándonos en nuestro viaje de fe, recordándonos que, incluso en las circunstancias más difíciles, la confianza en Dios es nuestro ancla seguro.


Incentivando a la formación de Club de Aventureros en Salvación Manu

Esta es una foto que forma parte de la historia del Club de Avetnureros en la iglesia central de Salvación, que pertenece al distrito misionero Manu, de la misión Sur Oriental del Perú. 
El año 2017 Dios permitió que se realice este desafío y en la actualidad es uno de los clubes representativos del distrito misionero Manu. 

En la foto están nuestras consejeras y hermanas de iglesia, que se comprometieron a cumplir con el desafío "EN CADA IGLESIA UN CLUB".


En el corazón del Club de Aventureros yace la enseñanza de valores cristianos fundamentales. A través de actividades lúdicas y educativas, los aventureros descubren la riqueza de la fe adventista y la importancia de vivir según los principios bíblicos. Desde historias inspiradoras hasta lecciones de servicio, cada encuentro es una oportunidad para cultivar una base sólida en la Palabra de Dios.

La camaradería es un pilar esencial en este viaje de descubrimiento. En un entorno donde la amistad florece, los aventureros construyen relaciones significativas. La importancia de esta conexión va más allá de las actividades semanales; es el cimiento sobre el cual se construyen vínculos duraderos, compartiendo risas, retos y, sobre todo, crecimiento espiritual.

La aventura no se limita a las paredes de la iglesia. A través de actividades al aire libre, excursiones y eventos especiales, los aventureros exploran el mundo que Dios les ha dado. La importancia de estas experiencias va más allá del entretenimiento; es la oportunidad de maravillarse con la creación divina y aprender lecciones valiosas sobre la responsabilidad y el cuidado de nuestro entorno.

Además, el Club de Aventureros es un semillero de futuros líderes. A medida que los niños participan en pequeñas responsabilidades y actividades de servicio, desarrollan habilidades de liderazgo desde una edad temprana. Esta preparación temprana es esencial para cultivar una generación que lleve consigo los valores adventistas y el amor por el servicio desinteresado.

En resumen, el Club de Aventureros es más que un programa; es una travesía espiritual que enriquece la vida de los más jóvenes. En este club, la fe se fusiona con la diversión, y la camaradería se convierte en un preciado tesoro. Cada semana es una nueva oportunidad de explorar, aprender y crecer juntos en el camino de la fe adventista.

La Preparación del Niño Predicador: Forjando Voces Profundas en Fe y Compromiso

Introducción: En el seno de la iglesia, cada generación ve surgir nuevas voces, incluso entre los más jóvenes. La preparación del niño pred...