En el vasto panorama de la vida, somos comparados con ovejas
confiadas al cuidado de un pastor. Este pastor no es un simple observador;
lleva consigo una vara y un cayado, herramientas cruciales para nuestra
seguridad espiritual y el avance del evangelismo.
La vara, símbolo de autoridad y protección, no es para
maltratar a las ovejas, sino para ahuyentar a la serpiente, al lobo y abrir
camino. De manera análoga, en nuestras vidas, enfrentamos desafíos espirituales
y obstáculos que amenazan nuestra fe. La vara representa la autoridad de
Cristo, quien nos defiende y allana el camino para que podamos avanzar con
confianza en el evangelismo.
El cayado, con su extremo en forma de gancho, se utiliza
para traer de vuelta a las ovejitas que se desvían del camino. En nuestra
travesía cristiana, nos enfrentamos a distracciones y desviaciones que podrían
apartarnos de la senda correcta. El cayado simboliza la dirección amorosa de
nuestro Buen Pastor, que nos guía de vuelta al camino de la verdad y nos
infunde aliento para perseverar en nuestra misión.
Juan 10:4 revela la íntima relación entre Jesús y nosotros
como ovejas. Cuando el pastor saca a todas sus ovejas al campo, nos enseña que
no debemos confinarnos en nuestros propios rediles. Salir al campo, participar
en el trabajo misionero, fortalecerá nuestra fe y nos preparará para enfrentar
cualquier tribulación.
El pastor, que va adelante de las ovejas, lidera con la vara
y el cayado en mano. Él no solo empuja desde atrás, sino que va delante,
abriendo el camino, ofreciendo seguridad y protección. Así, nuestro líder,
Jesús, nos invita a seguirlo, confiando en que Él nos guiará y protegerá en
nuestra jornada cristiana.
En este viaje espiritual, la voz del pastor es vital. Las
ovejas conocen la voz de su pastor, relacionándola con amor, protección y
alimento. En un mundo lleno de confusión, escuchar la voz del Buen Pastor a
través de la lectura de la Biblia se vuelve esencial para evitar la confusión y
reconocer la verdad.
En Juan 10:11, Jesús proclama: "Yo soy el buen pastor;
el buen pastor da su vida por las ovejas". En tiempos desafiantes, Él nos
exhorta a evaluar nuestra relación con Él. Al estudiar la Palabra y
comprometernos con el trabajo misionero, expresamos gratitud al Buen Pastor y
fortalecemos nuestra conexión con Él.
En nuestras pruebas, recordemos que tenemos un Ayudador
constante. Aunque no podamos verlo, la fe nos permite escuchar Su voz
reconfortante. Mantengamos la mirada en el Buen Pastor, quien conoce nuestras
lágrimas, luchas y tentaciones.
Hoy, decidamos buscar una relación más estrecha con Jesús.
Comprometámonos a estudiar Su Palabra y llevar a cabo el trabajo misionero como
parte fundamental de nuestro estilo de vida. Sigamos al Buen Pastor, confiando
en que, a pesar de las pruebas, Él está con nosotros. Que esta decisión inspire
a otros a seguir el mismo camino. Que Dios nos bendiga en nuestra jornada
espiritual.