Juan 21:15-19;
Juan 14:15-21
Introducción: En un conmovedor diálogo entre Jesús y
Pedro, el Maestro le pregunta a su discípulo: "¿Me amas?" Este
encuentro nos sirve como punto de partida para reflexionar sobre el significado
profundo del amor a Dios en nuestra vida cotidiana.
Ilustración 1: La Respuesta Teórica Imaginemos a una
esposa preguntándole a su esposo si la ama, y él, desde el sofá y absorto en un
programa de televisión, responde: "Tú sabes que te amo." Contrastemos
esta respuesta teórica con la posibilidad de que el esposo abandone el control
remoto, se levante, abrace a su esposa y le responda con un apasionado
"Sí, mi amor."
Desarrollo: Amar a Dios de Manera Práctica El apóstol
San Juan, en sus escritos, profundiza en las implicancias de amar a Dios. No se
trata de una afirmación teórica, sino de un compromiso práctico que transforma
nuestra vida.
Texto Referente 1: Guardar Su Palabra "El que me
ama, mi palabra guardará." Aquí, la idea de "guardar" implica
más que recordar, implica actuar. Olvidar es lo opuesto a guardar, y para
recordar, necesitamos poner en práctica las palabras de Dios.
Ilustración 2: La Alarma de la Ley Divina Así como
usamos alarmas para recordar tareas diarias, guardar los mandamientos de Dios
implica tener una "alarma espiritual" que nos recuerde constantemente
vivir según Su voluntad hasta que se convierta en nuestro estilo de vida.
Texto Referente 2: Haciendo Sus Mandamientos "El
que me ama guardará mis mandamientos." Aquí, se va más allá de imitar el
ejemplo de Jesús. Implica sabiduría ante las dificultades, fortaleza en las
tentaciones, disposición para dar la vida por otros, todo basado en el simple
acto de amar.
Ilustración 3: ¿Cómo Amar? La Pregunta Crucial Muchos
se preguntan cómo amar a Dios, Jesús Dios una respuesta clara y directa:
"El que me ama será amado por mi Padre, y nos manifestaremos a él." Por
lo va más allá de un testimonio vivencial, la manifestación de la deidad en una
persona es evidente de muchas formas. Las bendiciones de Dios abarcan los tres
aspectos de la salud el dinero y el amor.
En ocasiones, Dios permite que lo perdamos todo. El caso más
fuerte registrado en la historia lo vivenció Job. Todos los valientes hombres
de fe, aparentemente perdieron mucho, pero esto tenía un propósito. Aprender a
mar más a Dios por encima de las cosas materiales.
Conclusión: Amar a Su Manera Con Cristo, lo difícil se vuelve fácil, lo complejo se simplifica. Amar a Dios a Su manera implica más que palabras; implica guardar Sus mandamientos, ponerlos en práctica. Solo entonces, experimentaremos la manifestación divina en nuestras vidas. La tarea aparentemente compleja se desentraña en un sencillo mandato: amar, actuar y permitir que Dios se manifieste en nuestro andar diario. Que este llamado resuene en nuestros corazones, transformando nuestras vidas de una fe teórica a una práctica comprometid
Pr. Gerson Vega
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