Dios es fiel, Testimonio de Fredy Durand

Fredy Durand, pasó por pruebas muy difíciles. Decidió entregar su vida a Dios.

Creyó en la promesa de prosperidad, y se propuso ser fiel en la devolución del diezmo y la ofrenda.

Hoy, necesitamos ser fieles a Dios en todo. Dios cumple sus promesas. Cuando somos fieles en este principio de prosperidad, podemos comprobar que es cierto lo que está registrado en la biblia.

“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. Malaquías 3:10

Aquí link del video:


La fidelidad de Dios y Su providencia son faros inquebrantables que guían a Sus hijos fieles a través de los mares inciertos de la vida. En medio de la turbulencia de los tiempos y las tormentas que amenazan con desviar nuestros caminos, la fidelidad divina resplandece como un faro constante, recordándonos que en Él encontramos un ancla seguro para nuestras almas.

La historia de la relación entre Dios y Sus hijos está marcada por la constante manifestación de Su fidelidad. Desde los relatos bíblicos que narran las intervenciones divinas hasta las experiencias personales de aquellos que confían en Él, la fidelidad de Dios se revela en cada capítulo de la vida. En momentos de alegría, Él es fiel; en la tristeza, Él es constante; en la incertidumbre, Él es nuestra roca inmutable.

La providencia de Dios, tejida con hilos de amor, se manifiesta de maneras que a menudo escapan a nuestra comprensión humana. Su mano protectora guía nuestros pasos, incluso cuando los senderos son oscuros y desconocidos. En la provisión divina, descubrimos que Dios no solo conoce nuestras necesidades, sino que anticipa nuestros anhelos más profundos y provee en el momento exacto.

La fidelidad de Dios no es meramente un concepto teológico, sino una realidad palpable para aquellos que confían en Él. En la fidelidad divina, encontramos consuelo en medio de las pruebas y seguridad en la incertidumbre. La providencia de Dios, como un manto amoroso, cubre a Sus hijos fieles, recordándoles que, aunque el mundo cambie y las circunstancias fluctúen, Su fidelidad permanece constante.

La fidelidad de Dios y Su providencia son anclas eternas que sostienen a Sus hijos fieles en medio de la travesía terrenal. En Su fidelidad encontramos consuelo, en Su providencia descubrimos seguridad, y en la relación con Él hallamos la certeza de que nunca caminamos solos.

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