El Llamado de Dios a Cumplir la Gran Comisión


Hoy, deseo compartir con ustedes una reflexión profunda sobre el llamado de Dios a cumplir la Gran Comisión, un llamado que es fundamental en la vida de cada cristiano. La Gran Comisión es una tarea monumental dada por nuestro Señor Jesucristo a sus discípulos antes de ascender al cielo, y sigue siendo relevante para nosotros hoy en día.

La Gran Comisión en Mateo 28:18-20 (RVR1960) nos dice:

"Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén."


Este mandato divino es una invitación y un recordatorio de que somos llamados a ser testigos de Cristo en todo el mundo, a compartir el evangelio, a hacer discípulos y a enseñarles a obedecer todo lo que Jesús nos ha enseñado. ¿Qué significa este llamado para nosotros como adventistas del séptimo día?

1. Ir y Hacer Discípulos: Ir no solo significa viajar a tierras lejanas, sino también estar dispuestos a compartir el amor de Cristo en nuestro entorno cercano. Hacer discípulos no solo implica convertir a las personas, sino también ayudarlas a crecer en su fe a través del discipulado.

2. Bautizar en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: El bautismo es un acto de obediencia y compromiso con Dios. Al cumplir la Gran Comisión, invitamos a otros a unirse a la comunidad de fe, experimentando el perdón y la regeneración en Cristo.

3. Enseñarles a Guardar Todas las Cosas que Jesús nos Ha Mandado: Esto significa que debemos compartir y enseñar la Palabra de Dios. Como adventistas, tenemos un mensaje especial sobre la verdad bíblica y el sábado como el día de reposo del Señor. Debemos compartir esta verdad con amor y humildad.

4. La Promesa de Su Presencia: Jesús concluye la Gran Comisión con una promesa reconfortante: "Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." Sabemos que no estamos solos en esta tarea. El Espíritu Santo está con nosotros para fortalecernos y capacitarnos en nuestro llamado.

Conclusión:

Cumplir la Gran Comisión es un privilegio y una responsabilidad que todos los creyentes compartimos. Dios nos llama a ser sus manos y pies en este mundo, a llevar la luz de Cristo a las tinieblas. Recordemos siempre que el llamado de Dios no se basa en nuestra habilidad, sino en su gracia y poder.

Que este llamado nos inspire a compartir el amor y la verdad de Cristo dondequiera que estemos. Recordemos que al obedecer la Gran Comisión, estamos siendo fieles al propósito divino de extender el Reino de Dios en la Tierra. Oremos por valor, sabiduría y pasión para cumplir este llamado y ser testigos efectivos de Cristo en nuestro mundo.

Dios les bendiga y les guíe mientras responden al llamado de cumplir la Gran Comisión.

En el amor de Cristo,


Pr. Gerson Vega

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