Pareciera que existen personas que crean nuevos versículos como uno que escuche alguna ves de un líder de iglesia:
trataré de escribirlo de forma más amable, lo que decía era más o menos así: "De todos los cantantes de música cristiana podéis escuchar, pero de esta lista negra no; porque el día que escuches o coloques esto en tu iglesia, ciertamente serás disciplinado”.
cuando los jóvenes me preguntan sobre estos temas, surgen innumerables preguntas muy complejas. esto es una señal que este tema es importante, y al que poco tiempo se dedica para instruir. Es irónico que después de un gran campamento de consagración, donde los jóvenes hacen un pacto de consagrar su mente y sentidos a Dios, no pasa ni una semana y vuelven a escuchar lo que prometieron dejar.
Para algunos: "Más fuerte es la costumbre que el amor".
sobre la música debemos recordar y tener muy presente algunos aspectos importantes.
La música, un regalo divino, ha sido una herramienta poderosa en la vida cristiana a lo largo de la historia. Desde los tiempos bíblicos hasta la actualidad, la melodía ha desempeñado un papel crucial en la expresión de la fe y la adoración a Dios. En este extenso análisis, exploraremos la importancia de la buena música en la vida cristiana, centrándonos en cómo la melodía y las letras pueden elevar el alma, fortalecer la fe y unir a la comunidad de creyentes.
La Música como Expresión de Adoración:
La adoración a través de la música es una tradición profundamente arraigada en la fe cristiana. Desde los salmos de David, conocidos como cánticos espirituales, hasta los himnos contemporáneos, la música ha sido una forma significativa de expresar la devoción y gratitud hacia Dios. En Salmo 150:3-6, se nos anima a alabar a Dios con instrumentos y danzas, destacando la diversidad de expresiones musicales como parte integral de la adoración.
La Importancia de las Letras en la Música Cristiana:
No solo la melodía, sino también las letras desempeñan un papel crucial en la música cristiana. Las palabras que elegimos cantar tienen el poder de moldear nuestra comprensión de la fe y recordarnos las verdades fundamentales de la Biblia. Colosenses 3:16 nos insta a dejar que la palabra de Cristo more en nosotros ricamente, enseñándonos y amonestándonos unos a otros con toda sabiduría, y la música es un vehículo efectivo para lograr esto.
Evitando las trampas de la música degradante, los cristianos deben ser selectivos en sus elecciones musicales, buscando aquellas canciones que reflejen la pureza y nobleza de pensamientos. La música que glorifica a Dios y comunica mensajes edificantes es esencial para mantener la integridad moral y espiritual del creyente (Filipenses 4:8).
La Música como Refugio y Fortaleza:
En los altibajos de la vida, la música cristiana actúa como un refugio espiritual y una fuente de fortaleza. Los Salmos, en particular, son una fuente de consuelo y esperanza. En el Salmo 27:4, David expresa su deseo de morar en la casa del Señor todos los días de su vida, deleitándose en la hermosura del Señor y buscando Su refugio en tiempos de angustia.
En los momentos difíciles, la música que resalta la soberanía y fidelidad de Dios se convierte en un bálsamo para el alma. La canción "El Gran Yo Soy" es un ejemplo contemporáneo que proclama la grandeza de Dios en medio de las pruebas, recordándonos que Él es nuestro refugio y fortaleza (Salmo 46:1).
La Música como Elemento Unificador:
La música cristiana no solo es una expresión individual de fe, sino también un medio para unir a la comunidad de creyentes. A través de coros, congregaciones y eventos de adoración colectiva, la música crea un vínculo espiritual que trasciende las diferencias y construye la unidad en la diversidad. En Efesios 5:19, se nos insta a hablar entre nosotros con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en nuestros corazones.
La adoración conjunta a través de la música es una experiencia poderosa que conecta a los creyentes en un cántico armonioso de alabanza a Dios. La diversidad de estilos y géneros en la música cristiana permite que personas de diferentes trasfondos culturales y preferencias musicales se unan en un propósito común: glorificar a Dios.
El Peligro de la Música Degradante:
Aunque la música tiene el potencial de ser una herramienta poderosa para la edificación espiritual, también puede ser una trampa para los creyentes si se elige de manera imprudente. La música degradante, que promueve valores contrarios a la fe cristiana, puede afectar negativamente el ritmo del alma y quebrantar la moralidad.
El apóstol Pablo advierte en Romanos 13:11-14 sobre la importancia de apartarse de las obras de las tinieblas y revestirse de las armas de la luz. Esto incluye evitar las expresiones musicales que induzcan al baile o que contengan palabras y melodías sugestivas. La selección consciente de música es crucial para mantener una mente y corazón enfocados en lo que es puro y honorable.
La Respuesta a la Música Cristiana en la Actualidad:
En la era moderna, la música cristiana ha evolucionado para abordar las cambiantes tendencias culturales y estilos de vida. Libros y seminarios grabados realizados por universidades y conferencias ofrecen una amplia gama de recursos para comprender y aplicar principios bíblicos en relación con la música. Estos recursos proveen a las creyentes herramientas para discernir entre la música que edifica y la que degrada.
La música cristiana contemporánea, es representada por artista que en su mayoría viven lo que cantan, tienen un ministerio, y aportan al reino de Dios con sus dones al llevar a otras personas a Cristo. Todos los talentos tienen ese propósito.
Es una realidad que en cada iglesia existirán preferencias musicales, en su mayoría en un marco de tradición y cultura.
En las últimas décadas la adoración por medio de la música se ha vuelto muy comercial con el fin de cautivar a la juventud por uno de sus puntos débiles que son el control de emociones. Aunque lo cierto es que esta "nueva música” a impactando a las generaciones actuales con sus letras profundas y melodías inspiradoras. La mayoría de música disponible no escapa de las estrategias de marketing moderno para generar más ventas y reproducciones en las plataformas virtuales.
No es malo que un artista cristiano utilizando estrategias de marketing haga crecer su marca personal.
Pero la gran mayoría se desvía del foco central que es Cristo. Existe una línea muy sensible y casi invisible entre el verdadero amor al ministerio de la música y la búsqueda de fama.
Nunca criticaré a ningún cantante cristiano. No es nuestra tarea y menos nuestra intención atizar el odio o fariseísmo encubierto por un falso celo a jehová. De eso ya existe mucho y sobra.
En estos tiempos, decir poco o mucho sobre este tema genera gran polémica porque cada persona comenta lo que le conviene, lo que le gusta y lo que no. Todos tienen libertad de expresión, libre albedrío para decidir que música escuchar y que no.
El problema de muchos líderes es querer pretender hacer una lista de música buena y otra mala.
Los jóvenes preguntan: ¿puedo escuchar esto o aquello? ¿puedo tocar con este instrumento?¿por qué este instrumento esta prohibido? etc. no es prioridad de este artículo dar respuesta a eso.
La adaptabilidad de la música cristiana a lo largo del tiempo destaca su capacidad para permanecer relevante y significativa en la vida de los creyentes.
Recordemos que la música cristiana, cuando se elige sabiamente y se disfruta con discernimiento, es un regalo celestial que enriquece la vida espiritual de los creyentes. Desde la expresión de adoración hasta la fortaleza en tiempos difíciles y la unidad en la comunidad de fe, la música desempeña un papel integral en la experiencia cristiana.
Al recordar las palabras de Efesios 5:19, animémonos mutuamente con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en nuestros corazones. Que la música que elijamos sea una herramienta para edificar nuestra fe, nutrir nuestra relación con Dios y fortalecer la unidad en la comunidad cristiana. En medio de las muchas opciones musicales disponibles, que nuestra elección refleje la búsqueda de la excelencia que honra y glorifica al Señor. Amén
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