Citas para evangelistas




El Compromiso Sagrado del Estudio Bíblico y la Oración: Responsabilidad de los Predicadores Adventistas del Séptimo Día



Es un pecado para los que intentan enseñar la Palabra descuidar su estudio—Los predicadores que quieran trabajar eficazmente para la salvación de las almas deben ser a la vez estudiantes de la Biblia y hombres de oración. Es un pecado para los que intentan enseñar la Palabra a otros, descuidar su estudio. ¿No son acaso poderosas las verdades que ellos presentan? Deben entonces presentarlas hábilmente. Sus ideas deben ser presentadas con claridad y fuerza. Entre todos los hombres que viven sobre la faz de la tierra, los que proclaman el mensaje para este tiempo deben ser los que mejor comprendan la Biblia, y conozcan cabalmente las evidencias de su fe. Aquel que no posea el conocimiento de la Palabra de vida no tiene derecho a intentar instruir a otros en el camino al cielo.—Obreros Evangélicos, 262. – {MPa 22.3}

Introducción: La responsabilidad de enseñar la Palabra de Dios es una tarea sagrada y sublime que recae sobre los hombros de los predicadores adventistas del séptimo día. La importancia de combinar un profundo estudio bíblico con la ferviente oración se destaca como un mandato divino, siendo este compromiso un pecado descuidar.

1. La Sagrada Misión del Predicador: La misión de los predicadores adventistas va más allá de simplemente comunicar información; implica la proclamación de verdades poderosas destinadas a la salvación de las almas. Este llamado requiere una preparación minuciosa y constante, ya que el mensaje divino merece ser presentado con claridad y fuerza.

2. La Necesidad de Estudio Profundo: Entre todos los habitantes de la tierra, los mensajeros del tiempo final deben ser los que mejor comprendan la Biblia. Este conocimiento no surge por casualidad, sino a través de un estudio profundo y comprometido. Ignorar el estudio bíblico sería descuidar la responsabilidad de comunicar con precisión las verdades eternas contenidas en las Escrituras.

3. La Claridad en la Presentación: No es suficiente poseer conocimiento; los predicadores deben ser hábiles en la presentación de las verdades bíblicas. La claridad en la expresión y la habilidad para comunicar las doctrinas de manera comprensible son esenciales. Esto no solo facilita la comprensión, sino que también fortalece el impacto del mensaje en los corazones de aquellos que escuchan.

4. Conocimiento de las Evidencias de la Fe: Un predicador efectivo no solo conoce la Biblia, sino que también comprende las evidencias de su fe. Este conocimiento no solo fortalece su propia convicción, sino que también le permite responder con autoridad a las preguntas y dudas que puedan surgir en la mente de aquellos a quienes predica.

5. La Conexión Indisoluble con la Oración: El estudio bíblico y la oración forman una conexión indisoluble en el ministerio del predicador adventista. La comprensión de la Palabra de Dios se nutre y se ilumina a través de la comunión constante con el Creador. La oración no solo proporciona sabiduría y discernimiento, sino que también enciende la llama del fervor espiritual necesario para enfrentar los desafíos del ministerio.

Conclusión: Descuidar el estudio bíblico y la oración en el ministerio es, según las palabras de inspiración, un pecado. Los predicadores adventistas del séptimo día están llamados a una dedicación total a la comprensión de la Palabra de Dios y a una conexión constante con la fuente divina de sabiduría. En este compromiso sagrado, encuentran la capacidad de presentar con claridad y fuerza las verdades eternas que llevan a las almas hacia el camino del cielo. Que cada predicador abrace con seriedad esta llamada, recordando siempre que el estudio y la oración son los cimientos de un ministerio transformador y efectivo.

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